Después de abusar severamente de su bulldog de Staffordshire hasta el punto de que le perdió un ojo y quedó lisiado permanentemente, el du...
Después de abusar severamente de su bulldog de Staffordshire hasta el punto de que le perdió un ojo y quedó lisiado permanentemente, el dueño del pequeño perro fue puesto tras las rejas.
En su casa de Hull, East Riding of Yorkshire, Jack Carling, de 19 años, “torturó” a su perro Biggie al no dejarle nunca a él ni a su otra mascota, Sophie, salir a hacer ejercicio.
Título: Desempleado Después de maltratar a su amado bulldog de Staffordshire, Biggie (derecha) y a su otro perro, Sophie, Jack Carling, a la izquierda, fue sentenciado a tres meses de cárcel y se le prohibió tener animales.
Respuesta: Se determinó que Biggie tenía múltiples fracturas reparadas y perdió un ojo como resultado de las heridas provocadas por Carling. Respuesta: Se determinó que Biggie tenía múltiples fracturas reparadas y perdió un ojo como resultado de las heridas provocadas por Carling.
Los médicos determinaron que un “trauma maligno” era la fuente de todos los dolores de cabeza de Biggie.
El juez de distrito Frederick Rutherford declaró: “Casi cuesta creer que este perro haya sufrido tal tortura”.
Como se vio, Biggie y su otro perro, Sophie, vivían con miedo de su amo, según Troy Allen, quien compartía casa con Carling.
Troy dijo que Jack se enfurecía con los perros porque lo veía comiéndoselos, según el fiscal Philip Brown. Agregó que para esconderse de [Carling], se metían en espacios muy pequeños.
Él prometió derrotarlos todos los días, pero ellos se quedarían aterrorizados en el sofá porque él no los dejaría ir.
Cuidados: Además de ser maltratada, se descubrió que la segunda perra de Biggie y Carling, Sophie (derecha), había sido alojada en circunstancias totalmente inapropiadas.
Además, tenía secreción nasal que persistía a pesar del tratamiento con antibióticos. Los veterinarios optaron por realizar un procedimiento extenso e invasivo para abrir la cavidad nasal porque les estaba dando mucho trabajo.
Durante la operación de Biggie, los veterinarios descubrieron que una parte de su piel era diez veces más gruesa de lo que debería haber sido. Los veterinarios determinaron que el daño en el tejido y el cartílago también se debía al trauma.
Biggie se ha recuperado bien de su terrible experiencia. Es hora de que él y Sophie encuentren nuevos hogares.
El señor Brown declaró: “El malicioso y repetido sufrimiento que sufrió le causó un gran sufrimiento físico”. Ha vivido en constante ansiedad, sin saber nunca qué le deparaba el futuro. Siempre estará lisiado.
“Este dulce perro no debería tener que pasar por este tipo de trato”, dice el veterinario.
Según el testimonio prestado ante el tribunal, los caninos se encontraban en condiciones de vida “totalmente inadecuadas”, con excrementos y orina por todo el suelo.
Carling le dijo a la inspectora de RSPCA, Hannah Bryer, que "no le importaba" lo que ella dijera y que no había nada que pudiera hacer al respecto cuando comenzó su investigación.
Tiene antecedentes por delitos graves. “Conozco a Jack desde hace muchos años y me entristece el alcance de la oferta que acepta por causarle daño a este animal”, comentó Michael Robinson en un intento de restarle importancia a la situación.
Dijo que Carling había estado esperando durante mucho tiempo la primera oportunidad disponible.
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